lunes, 11 de diciembre de 2017

AÑO HIDROLÓGICO (CASAS IBÁÑEZ Y LA SEQUÍA)


[Interesante y genial artículo sobre el CAMBIO CLIMÁTICO, los osos polares que mueren de viejos (como si necesariamente tuviesen que ser inmortales) y la sobreactuación histérica (para algunos, interesada)]





El cambio climático es como la ideología de género, dogmas que no admiten contestación, no  importa el rigor intelectual con el que se analice: el dogma proclama un apocalipsis y la humanidad es necesario que acometa la penitencia del retorno a la edad media y abandonar toda esperanza de progreso. (Lo realmente curioso es que esta ideología del desastre es promovida hasta la náusea por fuerzas políticas que se auto titulan "progresistas"; curiosamente, digo, esas que hasta hace muy poco presentaban como modelo social infalible a la extinta Unión Soviética, país del que todo el mundo conoce sus excelencias medio-ambientales).

                 Algunos expertos en la  retorcida competencia del agip prop (que es la facultad de mantener a la gente permanentemente cabreada), profesores de universidad de generosos sueldos, políticos profesionales (es decir, incompetentes vitales eternos) y cualquier otra ralea de vividores y expoliadores del esfuerzo y ahorro ajeno, pretenden hacernos  creer que esta depauperada parte de España es o debe ser Noruega: cielos nublados 9 meses al año y dos mil litros de precipitación. No, amigos, esto es la Península Ibérica, algunos miles de Km al sur de Escandinavia, entre los paralelos 36 y 44 de la zona templada, muy próxima al trópico de Cáncer y a las terribles extensiones del rey de los desiertos: el  Sáhara. Sólo una estrecha franja, muy al Norte, del Finisterre al Golfo de Vizcaya, se acerca a esos supuestos idílicos paisajes de Noruega: 1260 litros al año; Santander, ppor ejemplo. El resto, toda esa inmensa fortaleza de tierra llana que se extiende hacia Cádiz y Almería tras la barrera de los Picos de Europa, es tierra enferma de sed en la que jamás se recogen más de 500 ó 600 mm de precipitación al año. Y si nos vamos, hacia el Sureste, buscando las plácidas riberas mediterráneas, ni siquiera alcanzamos los 400, que es lo que aquí corresponde por nuestra particular posición. 



                  Están los años que caen 500 (o incluso más de 600; recuerdo el año 1997, en el que se recogieron casi 700mm, y el POCICO SALAO comenzó a manar a raíz del campo, camino adelante hasta anegar un barbecho entero), y luego están los años en los que si llegamos a los 300 es mediante milagro. Son ciclos climáticos propios de la Iberia seca, que nos abocan, siempre, a la peligrosa frontera de la zona semiárida o árida genuina: continentalidad, amplitud térmica exagerada (o mucho frío o mucho calor) y escasez de precipitación. Esto es lo que la  geografía real, la Ciencia, afirma sobre este territorio extenso y agrícola, demográficamente pobre y culturalmente abandonado.

                     Luego, en una realidad paralela, están los debates y los tipos que, unos cuantos euros de por medio, rentabilizan el miedo y las preocupaciones de la gente. Que nos toca vivir en un ciclo de sequía y calor...! Pues nada: organizo unas conferencias sobre el apocalipsis climático provocado por el capitalismo y el desarrollo industrial y saco un dinerillo extra al tiempo que me hago famoso. Incluso puedo fundar un partido político de descontentos y hacerme con el control de una población entera.

                     Ironías aparte (aunque podría señalar con  nombre y apellidos a quienes se dedican a estos menesteres: políticos fracasados, profesores universitarios haítos de aburrimiento, artistas de medio pelo y tipos sin ocupación ni título conocidos pero que son duchos en el  manejo del lenguaje simbólico), la Historia nos demuestra que ha habido periodos más calurosos y más secos que el que vivimos. La series que hoy se manejan parten de 1970, época en la que en España se sucedieron años muy fríos de grandes nevadas invernales y abundante precipitación en Primavera y Otoño. Como la memoria humana es selectiva, el paisanaje de cierta edad, abuelos y padres, aquellos que tenían 20 25 ó 30 años en el inicio de aquella década, recuerdan con nostalgia los muñecos de nieve, las cosechas tardías y los pozos y manantiales que jamás verían sus caudales secos, como hoy ocurre, por desgracia.
               


2 comentarios:

  1. http://www.pp.es/actualidad-noticia/grupo-popular-apuesta-por-una-gestion-eficiente-luchar-contra-cambio-climatico

    Estimado Juan:

    Se te echaba de menos tras casi cuatro años de ausencia en tus crónicas desde La Manchuela.

    Un abrazo. Y ahí te dejo un enlace que te trasladará a cómo el progresismo del que hablas contagia hasta a los más reaccionarios del país....Sigue escribiendo.

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  2. Querido amigo: los más reaccionarios de este país no son precisamente los políticos meapilas y vividores del PP. Corruptos y listillos como ellos solos, es cierto. Pero incapaces de implementar unas políticas liberales verdaderas: que es para lo que se les votó. España, para mí por desgracia, es un estado Social con una constitución y un sistema genuinamente socialista: tan es así que hay países de tradición social demócrata (y hablo de Alemania, o incluso La France) mucho más liberales (e incluso conservadores) que nosotros. El PP, como epítome de la política tramposa y fatua, débil y sin principios, se apunta a lo que le pueda reportar votos. Yo no les votaré, desde luego. No me gustan los cobardes.

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