miércoles, 13 de diciembre de 2017

ACTUALIDADES (ESPAÑA, PAÍS EN OBRAS)


No es este un blog en el que se diriman asuntos políticos (de bajos y altos vuelos). Al menos esa ha sido siempre mi intención original. Sin embargo, a la luz de estos últimos tiempos que nos toca marear, y las cosas que están pasando (el asunto catalán y todas las derivaciones que lleva aparejadas: la debilidad de un gobierno esencialmente corrupto, dirigido por pusilánimes e incompetentes -Rajoy y toda su banda-; la de unos tipos, los separatistas, cuyo desprecio por todo lo español, incluida la gente que formamos la ciudadanía española, es decir: la Nación, les lleva a no detenerse ante nada ni nadie con tal de cumplir su suicida objetivo; el terrorismo islámico y la aparente contemporización o comprensión, si no manifiesta simpatía, hacia el fenómeno de buena parte de ese millón de musulmanes asentados en el país, la ya rampante crisis energética propiciada por unas políticas cobardes que desprecian la energía nuclear en favor de las ineficaces, caras y especulativas renovables...) Las cosas que están pasando, me llevan a salir temporalmente de los asuntos locales (en realidad, ya casi nada lo es) y analizar... comentar, más bien, asuntos de una lejanía relativa a este reducido, endogámico, pobre, culturalmente irrelevante y sectario universo ibañés.





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MANIFESTACIÓN PACÍFICA- LEY MORDAZA
                                                                                     

España es un país donde por llevar la bandera de este mismo país te pueden multar (caso de Cataluña, si la llevas en el taxi o la pones en tu comercio) o propinar una paliza, como es el caso de la  noticia que pretendo reseñar. Se pueden llevar banderas sin contenido jurídico o legal,  entelequias de un grupo de soñadores o iluminados peligrosos: tal serían la ikurriña  en su vertiente filo terrorista, o la famosa estelada, que no es más que una burda copia de la de Cuba. Banderas... símbolos que muy al contrario del común, la bandera de España, simbolizan emociones, representaciones, realidades espurias: supremacía, xenofobia, odio, fronteras... 
España es ese país donde un tipo de 60 años, exlegionario, que gusta de vestir unos tirantes del color de la bandera, su bandera, es apaleado hasta la  muerte por los adalides del pacifismo fatuo de izquierdas: una pose social como cualquier otra, un fraude, una impostura que ya nadie se cree. Porque esos mismos tipos, podemitas al uso, excrecencia inesperada del legado ZP en el seno del socialismo patrio; esos mismos tipos que continuamente practican la algarada en favor de una emancipación de las masas oprimidas (como si las hubiera), que consideran la democracia un coto privado en el que el resto, los que ni pensamos ni vivimos adocenadamente (como ellos) y somos susceptibles de la redención violenta (la practicada por ellos), consideran  que el Estado y la Ley se deben inhibir ante su sagrada misión democratizadora. ¡Valiente impostura! 
Estos tipos amamantados en el furor de la Zeja y la bilis que derramó sobre España (y que nos ha convertido, prácticamente, en un estado fallido, de ahí el título del post: "País en Obras"), que propinan palizas terapéuticas a aquellos que. clínicamente, definen como fachas (el pobre tipo, sexagenario, que lucía sus tirantes al modo de legionario retirado) son los que, astutamente, vociferan con indignación porque el Estado que pretenden destruir se protege legítimamente con leyes que indicen en convertir en delito el odio, la violencia sorda, pero efectiva de un piquete de huelga o una agresión (un ladrillo, un escupitajo, una patada) contra un policía.
Son tribus urbanas y sociales (aquí también las hay, aunque no se pueda hablar aquí, precisamente, de entorno urbano) que profetizan la emancipación de un pueblo (el Pueblo) que sólo existe en sus enfermas y fracasadas cabezas. Se trata de individuos y facciones del socialismo real que viendo fascistas por todos lados son los que, paradojicamente, asumen intelectualmente, y practican, el fascismo más irredento, aunque no menos cutre y estéticamente burdo.
La estética... La ética y la estética, palabras que a mi juicio van siempre de la mano. Mirad al tipo de la foto: pañuelo palestino, herrajes varios con vaga intención postmodernista, cara de imbécil que pretende ser de buena persona... Militante modelo de la Era ZP, que aún sufriremos -conviene no olvidar por qué hemos llegado aquí- durante décadas. Podemita al uso que predica el pacifismo (que no es lo mismo que la Paz) mientras te estruja el cuello o te hace un escrache acusándote de lo que sí que es él: un insufrible, cutre, fascista: el comunista fracasado del S. XXI.




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