sábado, 9 de enero de 2021

LA GRAN NEVADA DEL 7 DE ENERO DE 2021 (Y SIGUE)




   

Han pasado dos días desde que, muy temprano, antes de amanecer, comenzaran a caer los primeros copos (hoy es día 9 de Enero) y todo indica que la nevada ya ha remitido. Todavía marcan los termómetros -1ºC y buena parte de los tejados y las calles orientadas al Norte mantiene su capa de nieve; pero el agua del deshielo comienza a fluir y se puede circular en coche sin mayores problemas. Esta mañana era imposible. Así que tras haber dedicado estos dos días a caminar por los campos nevados en dirección al Cerro de San Jorge, esa colina de la que tanto hablo y que es el mirador desde donde contemplo el mundo, llega la hora de recapitular lo vivido y ponerlo sobre papel. 

        Empezaré con unos apuntes de climatología. No es porque yo sea meteorólogo (sí, reconozco que es una profesión con la que hubiera sido muy feliz, pero la vida empuja), pero he estudiado geografía física en la UNED (Grado de Geografía e Historia) y es estudio del clima y su historia planetaria es materia a la que se concede un lugar destacado. 

        Actualmente toda comunicación en grupo se hace en un primer momento por chat. De manera que en ZEBULON MACALLAN que creo es una marca de whisky escocés de los remotos fiordos de las Highlands y titula el chat del trabajo donde yo participo (buenos y valientes compañeros, patriotas y correosos), previa fotografía de un cielo que me resultaba sospechoso...


[en el camino del Cerro de San Jorge, mirando al W; mi sendero de la costumbre]



[Cerro de San Jorge, 773msnm. Mirando hacia Requena, NE]

... bajo unas condiciones de frío y viento que presagiaban el ventilador de aire gélido que es el anticiclón permanente de Siberia, explicaba que ese tipo de nubes (cirro estratos que estaban cambiando de manera rápida a cirro cúmulos, son un indicador de aire ártico embolsado celularmente en las capas altas, entre seis mil y nueve mil metros, quizá a -25 ó -30º C -es posible que menos, incluso- masa de aire que llevaba, estancado sobre nosotros, varios días. Se daba ahora la circunstancia de que una borrasca atlántica y profunda de aire cálido hacía su entrada por el Golfo de Cádiz. Dado que es precisamente esa trayectoria SW-NE (una trayectoria netamente Bética, como los sistemas montañosos que, desde el Peñón de Gibraltar terminan, 600km después en el otro gran peñón marítimo del Montgó, el Cabo de San Antonio) la que, sorteando por el Sur la poderosa barrera de Cazorla -Segura, alcanza el Mediterráneo entre Almería y Alicante y nos lanza, en su remolino de dirección ciclónica, anti horaria, todo el aire cálido y húmedo del mar: un muy efectivo motor y productor de precipitación. Si esta masa de aire cálido cargada por miles de toneladas de humedad entra bajo la alta bolsa de aire siberiano... Pues tenemos esto que vemos hoy: una cadena de nevadas que ha llegado al corazón de la Península. Y en Madrid o Toledo han dejado 60cm de nieve. Nada que se le parezca a ocurrido así en los últimos 50 años, medio siglo (apunte necesario para las víctimas de al LOGSE). 

         La meteorología es una ciencia predictiva, que desarrolla patrones a partir de una cantidad tal de variables que el hecho de acertar el tiempo que hará en una determinada zona sitúa al meteorólogo en la categoría del chamán, un chamán respetable, sin embargo, porque su oficio es la ciencia. Y un simple ciudadano aficionado a estos conocimientos, la edad, la experiencia y las lecturas consigue a veces ofrecer una explicación solvente y, además, acertar. Adelanté que comenzaría a nevar de madrugada... y así fue. Nevó, nevó y nevó... Y hasta hoy. No han sido copos gordos como en otras ocasiones, más bien una cellisca empujada por el viento del Este. Pero como ha estado cayendo durante horas ininterrumpidas, el resultado ha sido tal cantidad de nieve que hemos podido salir a caminar por esos caminos y campos cubiertos pensando que estábamos en Noruega. Bendita nieve. Aquí, en la retaguardia esteparia del Mediterráneo han sido unos 25 cm, lo cual ya es una buena cantidad. Pero los 60 de Madrid baten todos los récords. Imaginaos montañas como La Sagra o Javalambre, el Moncayo o el Calar del Mundo, que han sido toda la existencia verdaderos almacenes de nieve. agua para los manantiales y depósito de los acuíferos. Imaginaos el espesor de la nieve en las cimas y laderas a 2000 metros. Es un año robado por el COVID y un gobierno de canallas y criminales y no tendremos ocasión de disfrutarlas. 


[cerro de San Jorge, 773msnm]


[caminos que faldean la base del Cerro]


[SOLEDADES- Vértice Geodésico y vistas hacia el S/SE y el curso del Júcar]


[Peregrinos. En la ruta clásica]

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