ARANJUEZ

TAJO-JARAMA. CONFLUENCIA ENTRE HUERTAS Y ALAMEDAS. Caravana en ristre nos hemos ido a pasar un fin de semana largo por tierras madrileñas. Tal y como llevábamos planeado desde hace algún tiempo, la base de operaciones ha sido el camping Internacional de Aranjuez, que es la misma empresa que gestiona los asuntos, ahí en Alicante, del Internacional Las Marinas: un supercamping con sectores temáticos en plan trópico y cercano a la extensión de dunas, pinares y palmeras que constituyen la zona protegida del Marjal de Elche, pegado casi a la desembocadura del Segura, y que muy pronto, también, visitaremos. Mi objetivo excursionista estaba dirigido a la exploración, vega del Jarama arriba, del Parque Regional del Sureste: ahí donde confluyen el Manzanares y aquél, casi a las puertas de Madrid-ciudad. Pero gracias a la insistencia de mi esposa para que no me llevara la bici y a un tiempo desapacible, pasado por agua (por nieve, justo al Norte de la capital), me tuve que conformar con 14kms de circuito a pie (corriendo) junto a la margen derecha del Tajo hasta sus confluencia con el Jarama. De modo que a través de las kilométricas alamedas de plataneros y álamos de todo tipo, combinando pistas con senderos de pescadores, cruzando prados y construcciones en ruinas que son el refugio de los yonquis, me fue dado conocer el acuático paraje de la confluencia del Jarama con el Tajo, donde pude comprobar, tal y como explican los libros de geografía, que es el afluente, y no al revés como parece sería lógico,  el que aporta la mayor parte del caudal. El Jarama, que recoge toda la escorrentía de las imponentes sierras de Guadarrama y el Macizo de Ayllón, baja estos días tan ancho como el Ebro: ¿como será cuando se funda la nieve de las montañas allá por los meses de Abril y Mayo? El paraje (la "júnteda", como diría algún bruto de mi pueblo) no deja de aparentar un punto de ominoso dramatismo, bajo este cielo encapotado que amenaza lluvia.

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