miércoles, 4 de marzo de 2020

COFRENTES (CONFLUENCIA)

Los romanos lo bautizaron así. Llevados por la lógica aplastante (pero sencilla) de la geografía, allá donde vieron que los dos grandes ríos mediterráneos (el Júcar y el Cabriel-Sucrón y Capra, para ellos) se unían en una sola corriente, fundaron una población y, quizá, el antecedente de la airosa fortaleza que podéis contemplar hoy día. Y desde esta mágica confluencia (al fin y al cabo, los dos ríos son hijos de la misma sierra: Montes Universales) el Júcar se lanza, fiero, hacia su destino marítimo sobre las feraces huertas de Alcira, Sueca y Cullera, donde desemboca. Hoy, esa proverbial fiereza (peligrosa a lo largo de los siglos) se ve definitivamente contenida por el sistema de  ingenierías sucesivas que el complejo hidroeléctrico Cortes 1 y 2, Millares y Embarcaderos convierte al Júcar en un lago de montaña. No un lago que reclama contemplaciones bucólicas y poemas a la madre tierra, no; un lago de aguas traicioneras y aspecto severo en el que hunden sus raíces los poderosos cantiles que lo enmarcan y lo dirigen, manso pero gigante, hacia Tous. A partir de aquí ceden los montes y entregan las aguas a los meandros y cañaverales de un vasto llano aluvial. Toneladas de tierra fértil amontonada por los milenios.




El Júcar traza su bravo camino a través de los mantos calizos de este postrer rincón de la Meseta en el que se asienta Casas Ibáñez y su comarca. Alcalá  del Júcar, joya del turismo y las contemplaciones literarias de los fotógrafos guarda un último punto de civilización sobre la audaz revuelta que lanza al río a través de un cañón que progresivamente adquiere su condición salvaje y peligrosa, delicia de excursionistas y montañeros. Muy cerca ya del límite con Valencia (término de Jalance) los cañones se transforman en desfiladero, y el río fuerza su cauce por las entrañas del manto de calizas y dolomías del cretácico. De Oeste a Este esta descomunal grieta geológica saca finalmente al río hacia las amplitudes más amables del valle Ayora-Cofrentes que, de Sur a Norte, Almansa-Requena, desciende hasta los civilizados 300msnm de Cofrentes, que alza su fortaleza directamente sobre las calmas aguas del Cabriel, aquí generosamente engrandecido por las aguas que le cede, un poco más arriba, en el desaguadero de Basta el canal del Molinar, obra ciclópea de los años 50, donde trabajó mi abuelo con una mula y alguna que otra penuria vital.

             Son parajes bravíos y montuosos en la retaguardia de la civilización que representa Valencia. En la vanguardia de lo que al inmediato Oeste y subiendo cuestas, densos pinares y barrancos, es el comienzo de la extensa, en ocasiones anodina y muy poco amable llanura manchega. Aquí, en el corazón de los montes, siempre a la vista del río, los excursionistas encuentran su razón. Y caminan en soledad pensando en épocas remotas, cuando vivir era duro pero sencillo, y la escala inhumana de los abismos  encogía el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pon aquí tu comentario. Me interesa mucho. Gracias.

CONFINAMIENTO (N+1)

                                                            WEBCAM JAVALAMBRE   Imagino que a estas alturas decir, titular... utilizar la p...