sábado, 5 de febrero de 2011

RUTAS DOMESTICAS (II)- EXPLORACIÓN EN BTT: EL DESIERTO Y EL RÍO

Los últimos días, con el acicate aún de la sorpresa por haber visto tanta agua..., tanto río en mitad de la Llanura casi siempre seca, corriendo ahora, libre, desbordando cauces y lagunas y buscando, a través de la mano del hombre, el río de verdad que es el Júcar, nos hemos lanzado, Rogelio y yo, a la conquista de esos espacios ignorados, remotos y desastrosamente áridos que hay entre Albacete-ciudad y el Júcar a la altura de Valdeganga y la Ribera de Cubas. La semana anterior colgué unas fotos y el correspondiente relato de nuestra primera incursión dominguera teniendo como punto de partida y final Casas Ibáñez. Hoy, sin embargo, acometo la aventura que venía rumiando las últimas semanas: enlazar Albacete con Cubas siguiendo en su totalidad el Canal de M. Cristina y los enigmáticos parajes del Barranco del Cañahorro. Para ello he tenido que pedirle a mi padre que me lleve en coche hasta las proximidades del cementerio municipal, desde donde se coge a los pocos metros el carril bici que cruza las vías por un puente característico y que pronto te lleva a la zona de recreo que en realidad se construyó como cubierta del embalse subterráneo a dónde van a parar las abundantísimas y ruidosas aguas del Canal. (Estas aguas embalsadas en semejante pero gigantesco aljibe se utilizan para servicio de riego y mantenimiento de jardines, parques, fuentes etc. de la ciudad. Una de esas buenas ideas que, por milagroso que parezca, se les ocurre a veces a estos capitostes de la política socialista de raigambre urbana... Que, dicho sea de paso, estoy seguro que son menos tramposos, antipáticos, burros e incompetentes, que los protoindividuos-as que rigen los destinos de estos pueblos arrasados por un tercio de siglo de progresismo barato sólo apto para consumo de idiotas y conformistas. He dicho. Y perdonadme la digresión. Estábamos hablando de aventuras en bicicleta de montaña. Vamos a ello.)


SECUENCIA DE IMAGENES DEL ÚLTIMO TERCIO DE LA RUTA DEL CANAL. CABECERA DE LA VAGUADA DEL CAÑAHORRO, KMS ANTES DE QUE COMIENCE A ABARRANCARSE Y A TRAZAR NUDOS Y MEANDROS  QUE ME OBLIGARÁN A BUSCAR PUENTES Y VADOS CON LOS QUE IR CAMBIANDO DE MARGEN A LA BÚSQUEDA DE CAMINOS Y TROCHAS PRACTICABLES. BUENA PARTE DEL RECORRIDO POR ESTA CAÑADA LO HABRÉ HECHO CAMPO A TRAVÉS, INCLUSO HUNDIÉNDOME EN LOS CIENOS MOVEDIZOS DE LOS ALEDAÑOS DE LAS LAGUNAS.
Los 42km600m que el contador ha marcado desde Albacete hasta la desembocadura en el Júcar del Bco. del Cañahorro, se corresponden bien con la longitud del curso del Canal de drenaje de MªCristina: magna obra que se hizo en el XIX para desecar los pantanos que se formaban al Suroeste de la Capital. Eran tiempos en que los riegos por sondeo no se habían inventado todavía y el nivel freático del acuífero no se había hundido irremesiblemente como hoy. En consecuencia, por poco que lloviese y el curso de los pequeños ríos de llanura tal que El Jardín-DonJuan, El Mirón y Lezuza, aportasen el agua suficiente, todo este sector de las proximidades de la ciudad,  vastas topografías de una planitud exasperante, se convertía en una red lagunar inmensa que interrumpía cultivos y provocaba infestaciones de insectos y enfermedades raras como el paludismo. No había entonces afición por la estética de los paisajes y lo que tocaba, sencillamente, era progresar o morir en el intento. La red de caminos naturales que parte de la Fiesta del Árbol albacetense, y el abanico de canales y cauces que se abre hacia las profundidades de La Llanura quedan hoy como mudos testigos de aquélla época de prodigios y ríos que se tragaba el desierto. Os conté en anteriores entradas que un par de años de lluvia y nieve abundantes (cerca de 700mm) caídas en el corazón del acuífero, allá por las altas plataformas de El Bonillo y Lezuza, han sido suficientes para activar los cauces y arrojar cantidades ingentes de agua que se cuela con furia en el subsuelo de la ciudad, por el Oeste, y emerge, al otro lado, apuntando directamente hacia el Júcar. Tras colarse, formando remolinos y soltando espuma, en el ingenio subterráneo de almacenamiento hídrico de la carreterilla del cementerio, salen estos ríos, ahora domados, deslizándose mansamente por el ancho canal de tierra que cruza la campiña. Un paisaje roturado en exceso y repleto de artilúgios de la era industrial que van restándole fuerza y nivel al caudal km a km. [Para leer acerca de la historia de las obras del Canal de Mª Cristina, basta con introducir esta referencia en el buscador Google. Veréis qué cantidad de artículos, noticias y estudios referentes al pasado reciente y otras perpecias de la ciudad  y alrededores. Pardógicamente, el agua era un problema, y no una bendición, tal que en estos azarosos tiempos de intereses confrontados, políticos sensacionalistas que actúan en plan mesiánico, y rentistas potentados para los que la tierra es sólo una propiedad sin alma a la que le pueden hacer lo que se les ocurra...]
VISTA GENERAL DE LA ZONA EN MAPA DEL SGE, EDITADO EN 1996, ESCALA 1:50.000. EL TRAZADO DEL CANAL DE Mª CRISTINA CRUZA EL MAPA EN DIAGONAL SW-NE (ES DECIR, DE IZQUIERDA A DERECHA) PARA DESEMBOCAR EN EL JÚCAR POR EL MEANDRIZANTE CURSO DEL BARRANCO DEL CAÑAHORRO (O CAÑORRO, SEGÚN LOS LOCALES).
IMAGEN POR SATÉLITE, DIMENSIONADA A UNOS 12.5KM DE ALTITUD, A PARECIDA ESCALA QUE LA ANTERIOR.

De modo que son las 11.30h cuando, tras montar la bici a la orilla de la pinada que rodea el cementerio municipal de Albacete, me despido de mi padre y salgo con ágil pedaleo bajo un sol esplendente y una mañana fresca que todavía no ha podido rebasar unos 5º C pelados sobre cero que me hacen ir, en un principio, bastante abrigado. Más tarde, rondando las dos y treinta y tantos kms más al Nordeste, con una provisión ajustada de agua y un bidón de menos, pasaré verdadero calor. En la vaguada no correrá un pelo de aire, y el aspecto de erial devastado que presentan por allí los campos entre altozanos de piedras trituradas y rastrojos ancestrales, no hará otra cosa que acentúar esa sensación de sed incontenible en la garganta. Todo ello junto a una corriente de aguas saltarinas que veo pasar a mi lado y que, evidentemente, no podría beber sin peligro a coger una disentería de consecuencias imprevisibles.
                 Los primeros metros pertenecen  a ese territorio indefinido pero decididamente estrafalario donde lo urbano proyecta en la campiña lo que los urbanitas no quieren ver y los propietarios de huertos y bancales se han resignadoa soportar. Tomo algunas fotos con las que reflejar la escasa concordancia entre los edificios que veo al fondo y un canal de aguas sospechosas que no me atrevo a mirar con detenimiento, pero que forma lagunas tomadas al asalto  por bandadas de patos, garzetas, chovas y avifauna de ecosistemas palustres.




FOTOS 1 A 5) SECUENCIA DE IMÁGENES DE INICIO DE RUTA,A DOS KMS ESCASOS DE LA URBE. LA LAGUNA DE LAS FOTOS 3 Y 4 SE FORMA JUSTO CUANDO EL CANAL DE MªCRISTINA RECIBE POR LA IZQUIERDA EL COLECTOR DE DESAGUE DE LA DEPURADORA. SI BIEN HAY UNA LIGERA PESTECILLA, PARECE QUE EL INGENIO CUMPLE BIEN CON SU FUNCIÓN: LAS AGUAS NO VIENEN NEGRAS Y LA ABUNDANCIA DE AVIFAUNA EN LA LAGUNA NO DELATA EXCESIVA TOXICIDAD. ES EL KM 2,45 DE LA RUTA Y, APARTE DEL PARAJE MENCIONADO, LA VISIÓN DE LOS ALREDEDORES NO DERROCHA CALIDAD ESTÉTICA DE ALTOS VUELOS, QUE DIGAMOS. HAY QUE SEGUIR, APROVECHANDO ESTOS BUENOS CAMINOS SIN PENDIENTE HACIA LAS PROFUNDIDADES DE LA CAMPIÑA.
FOTO 6) CARTEL INFORMATIVO EN EL AREA DE DESCANDO-OBSERVATORIO DE LA LAGUNA PERIURBANA




FOTOS 7 a 10-TRAMO DE TINAJEROS. HASTA AQUÍ, DESDE ALBACETE, VA UNO PEDALEANDO PEGADO AL CAUCE DEL CANAL, OBSERVANDO CÓMO KM TRAS KM LAS AGUAS ABANDONAN EL SOSPECHOSO COLOR TURBIO-PASTEL QUE NO INDICA OTRA COSA QUE UN NIVEL ALTO DE CONTAMINANTES (AUNQUE DE NATURALEZA MÁS BIEN ORGÁNICA) Y SE VAN TRANSFORMANDO AL RITMO DE UN COLOR NEGRO QUE, SIN EMBARGO, TE PERMITE VER EL FONDO Y LOS BOSQUECILLOS DE ALGAS QUE SE INCLINAN A FAVOR DE LA CORRIENTE... SIGNO INEQUÍVOCO DE LA PRESENCIA EN EL AGUA DE OXÍGENO Y DE LA PACENTE TAREA AUTODEPURADORA DE UNA COMBINANCIÓN ESENCIAL DE MOVIMIENTO, DISTANCIA, VEGETACIÓN PALUSTRE Y CAUDAL. DESDE LUEGO QUE NO ME ATREVERÍA A BEBER EN SEMEJANTE CONATO DE RÍO (TAMPOCO SE PUEDE HACER HOY EN EL JÚCAR, AUNQUE SÍ HASTA 1987), PERO SE PODRÍA UNO LANZAR A LAS AGUAS PARA MITIGAR EL CALOR DE ESTE ANTIESTÉTICO DESIERTO Y NO PERECER CONSUMIDO POR EL ÁCIDO O ATACADO POR EL CÓLERA.
Próximo a la remota, aunque ciertamente recoleta, aldea de Tinajeros (la cual jamás se ve desde la carretera homónima que conecta Valdeganga con Albacete y que piso por primera vez) la campiña abandona poco a poco ese patético aspecto de vertedero periurbano con aires de estepa condenada por explosiones tipo Chernobil, y se va transformando en el clásico territorio agrícola que mezcla el secano más austero con los regadíos y maizales postindustriales que, ahora mismo, están en barbecho y sólo permiten observar los ingenios mecánicos en mitad de la nada como tristes exponentes de la avaricia del hombre. Las fotos por satélite de Google nuestran sobre la zona esos círculos gigantescos de más de un km de diámetro vestidos de un color verde intenso, añadiendo un poco de vitalidad al arrasado paisaje de yermos calizos y mesetas erosionadas por el viento y la calina del estío. Pero ahora cruzo el paisaje de las películas futuristas tipo Mad Max que espolea mis músculos para dejar atrás este desierto y llegar cuanto antes a Tinajeros. Ruedo a una media de 22km/h este pirmer tramo de la ruta, lo cual, para una bici de montaña, es una marca bastante buena. Poco antes de llegar a la aldea citada se cuela todo el canal por una compuerta a la derecha de la corriente, la cual es interrumpida por un moderno azud de hormigón que, imagino, será fácilmente rebasado en época de lluvias. Un amable señor me informa cumplidamente que todo este agua se canaliza a través de unas conducciones subterráneas que van justo bajo mis pies, por el camino lateral: las mismas que veo arrojar toda una brutalidad de agua unos cientos de metros más adelante, a la misma altura de la pequeña depuradora municipal y del carril bici que unos metros más hacia el campo, al otro lado de la vieja carretera, apunta directamente a Valdeganga. Lo seguiré 5kms hasta dar con el cruce de la carretera de La Felipa, donde me meteré por los cultivos y la ancha pista de la finca de la Casa del Pozo.

1 comentario:

  1. Magnífico relato y muy didáctico. Las fotos también me han gustado. Adelante Juan.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Pon aquí tu comentario. Me interesa mucho. Gracias.

CONFINAMIENTO (N+1)

                                                            WEBCAM JAVALAMBRE   Imagino que a estas alturas decir, titular... utilizar la p...