
Este Otoño apunta las maneras del anterior. Después de un verano excepcionalmente tórrido y seco-creo que no ha caido una sola gota en tres meses-es ahora a mitad de vendimia cuando han comenzado a pasar las tormentas en sus predecibles viajes siguiendo el curso de los ríos Júcar y Cabriel. Los cúmulo-nimbos que ferozmente se forman entre las Sierras de Alcaraz y Albacete terminan, empujados por el viento, descargando su aparato y su paciente cosecha de humedad concentrada sobre la arrasada faz del altiplano. Otros días, se forman en el Nordeste; sobre Requena y los montes de Utiel. Aunque estas son más peligrosas, pues suelen degenerar en granizadas destructoras...
Son los últimos días de Septiembre y la vendimia está a punto de terminar. Comenzó aquí antes de la Feria de Albacete y, con las lluvias y el frío nocturno, el paisaje se ha transformado ya en puro y genuino Otoño. De hecho, ayer mismo, días 21, entró oficialmente la nueva estación. Ya no ardo y me fatigo en la insoportable sequedad pulverolenta de los caminos cuando salgo a correr. Ahora me puedo permitir el lujo de concentrarme en el paisaje y de respirar el airefresco y húmedo que huele a vino y al tomillo de las colinas de la vaguada. En verdad ha sido un verano terrible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pon aquí tu comentario. Me interesa mucho. Gracias.